sábado, 14 de noviembre de 2009
...
Inicia con un grapho y termina con un dolor en el estómago. ¿Compañeros en una vida o enemigos en el olvido? Círculo vicioso que nunca termina y nunca comienza. Tierno y dulce hilo que separa el anhelo constante de la certeza desconcertante. Enigma que en la teoría ya no interesa pero en la realidad atormenta.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Sobre reparaciones y revisiones...
Cuentan las grandes abuelas de arrugas marcadas en los labios, que nunca hubo antes una razón más poderosa para ser infeliz que el derramamiento de unas pocas gotas de café sobre el suelo estéril del desierto.
Cuentan los grandes abuelos de fuertes rasgos en las caras, que antes los hombres no andaban sufriendo con males del corazón ni con males de la cabeza. Los hombres eran hombres y no había otra opción.
Cuentan los antiguos mecánicos de bigotes prominentes y engomados que la mejor manera de reparar el podrido corazón de un motor de seis cilíndros es rectificando el platillo y el disco sin voltear a ver las piezas que se cambian.
Dicen los más renombrados oftalmólogos que para curar los ojos no sólo se requieren gotas de cloronfenicol sino un poderoso microscópio que permita inspeccionar los boquetes abiertos por las distintos golpes emocionales en el alma.
Dicen las autoridades académicas que el orden ha sido alterado.
Rumoran las autoridades civiles que ya nada será igual, que ese pasado mágico ha quedado en la telaraña del pasado y que el riesgo de evocarlo es tán grande que podría destruir la vida de cualquier hombre cuerdo.
Y tú, especialista en el arte del engaño comercial ¿Qué dices? ¿Qué piensas?
Cuentan los grandes abuelos de fuertes rasgos en las caras, que antes los hombres no andaban sufriendo con males del corazón ni con males de la cabeza. Los hombres eran hombres y no había otra opción.
Cuentan los antiguos mecánicos de bigotes prominentes y engomados que la mejor manera de reparar el podrido corazón de un motor de seis cilíndros es rectificando el platillo y el disco sin voltear a ver las piezas que se cambian.
Dicen los más renombrados oftalmólogos que para curar los ojos no sólo se requieren gotas de cloronfenicol sino un poderoso microscópio que permita inspeccionar los boquetes abiertos por las distintos golpes emocionales en el alma.
Dicen las autoridades académicas que el orden ha sido alterado.
Rumoran las autoridades civiles que ya nada será igual, que ese pasado mágico ha quedado en la telaraña del pasado y que el riesgo de evocarlo es tán grande que podría destruir la vida de cualquier hombre cuerdo.
Y tú, especialista en el arte del engaño comercial ¿Qué dices? ¿Qué piensas?
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