lunes, 19 de octubre de 2009

La larga noche de los 500 años...

Irónicamente las vigas en mi ojo me tenían sordo.
Irónicamente la cura me ha dejado doblemente ciego.
El parche y la herida. Mal y cura, traslapados por la voluntad.
Irónicamente las lágrimas brotan de mi lacerado ojo pero no siento dolor.
Irónicamente estoy cauterizado de una herida que ya no arde.
Mentira la verdad, verdad la mentira. ¿Cuestión de orden o de ceguera?
Duda que persiste y que mi parche, lamentablemente, ya no alcanza a cubrir.
Hoy mi ojo ciego está, como ayer lo estuvo, pero ya no duele.
Hoy tengo otro ojo que aún funciona.
Hoy veo la silueta de otra mujer que se acerca.
Hoy me veo completamente distinto a lo que fui.
Hoy ya no estoy las tinieblas...Hoy yo ya no soy yo...
y mañana...y mañana...